Practica pedagogica

QUE ES LA PRACTICA PEDAGOGICA?馃挓

Es muy com煤n ver y escuchar en diferentes documentos los t茅rminos pr谩ctica docente y pr谩ctica pedag贸gica como sin贸nimos. En este trabajo se expone una diferenciaci贸n al respecto para ubicar la pr谩ctica pedag贸gica como categor铆a de an谩lisis. Esto se explica a partir del proceso de construcci贸n del objeto de investigaci贸n sobre la misma para identificar diferentes mecanismos y/o elementos que la constituyen, entretejidos en una realidad de acci贸n docente compleja en la cotidianidad de cada escuela.

El trabajo presenta inicialmente, el sustento de donde partimos, tomando en cuenta algunos breves antecedentes de su conceptualizaci贸n, la manera en que esta ha sido definida y explicada por diferentes autores para poder diferenciar entre pr谩ctica docente y pr谩ctica pedag贸gica del docente, as铆 como se expone la principal teor铆a sociol贸gica que permite hacer la disecci贸n de la misma en su m煤ltiple dimensionalidad.

 Posteriormente se explica la forma en que se lleg贸 a sugerir que se vea como categor铆a de an谩lisis a partir del proceso de construcci贸n del objeto de investigaci贸n. Finalmente, se cierra con una breve conclusi贸n a manera de reflexi贸n. 

El sustento de donde partimos
Los antecedentes de la conceptualizaci贸n de pr谩ctica pedag贸gica

Los antecedentes directos del uso del t茅rmino pr谩ctica pedag贸gica, los identificamos cuando hablamos de la pr谩ctica docente o el trabajo docente. Estos hacen referencia al trabajo que realiza el maestro o maestra en una instituci贸n escolar, obviedad que puede limitarse al acto de ense帽ar, o puede referirse tambi茅n a las condiciones laborales definidas por la reglamentaci贸n que rige jur铆dica y administrativamente sus derechos y responsabilidades (Mercado, 1981). Si bien, el trabajo docente est谩 delimitado por la normatividad y reglamentaci贸n que establecen el “deber ser” para el cumplimiento de sus funciones, lo que ocurre en la realidad escolar cotidiana, especialmente lo que entendemos por pr谩ctica pedag贸gica, es mucho m谩s complejo que el ‘deber ser’ establecido en los reglamentos.

 Generalmente el concepto de pr谩ctica docente es m谩s com煤n que el de pr谩ctica pedag贸gica. Se asumen como sin贸nimos. Su conceptualizaci贸n se puede rastrear en un conjunto de investigaciones alrededor de la vida cotidiana en la escuela (Cerd谩, 2001). En estas se ha planteado que la pr谩ctica docente no se limita a la interacci贸n maestro-alumno o a las actividades del aula relacionadas con la ense帽anza o el aprendizaje del alumnado, sino que abarca todas las actividades que los/as maestros/as realizan dentro del espacio y del tiempo escolar (Rockwell, 1985). 
Acercamiento a la conceptualizaci贸n de pr谩ctica docente y pedag贸gica

De acuerdo con Rockwell (1985), los l铆mites de la pr谩ctica docente no est谩n precisos, su definici贸n no es 煤nica y sus m谩rgenes se ampl铆an o restringen de acuerdo a las diversas posturas de los autores. La pr谩ctica docente tiene una continuidad l贸gica entre algunas pr谩cticas que corresponden al "deber ser", y pueden estar cercanas a la normatividad establecida, al menos desde el imaginario institucional. Est谩s pr谩cticas, seg煤n Beltr谩n (2006), cumplen su funci贸n social en un espacio definido como la instituci贸n ‘escuela’; as铆, sintetiza de una manera multicontextualizada la pol铆tica educativa, el curr铆culum y el estilo propio del ser docente, sus normas y valores. Esta pr谩ctica hace referencia a varios aspectos de una realidad espacio-temporal, social, econ贸mica, pol铆tica y cultural.

Cerd谩 aporta elementos a su conceptualizaci贸n al considerar que la pr谩ctica docente constituye el n煤cleo fundamental del trabajo del maestro/a. Dice la autora que, por ser "pr谩ctica" es una "acci贸n" que se ejecuta dentro del espacio llamado escuela, en un tiempo espec铆fico que tiene su propia historicidad. Pero al recuperar a Rockwell, la ubicamos como parte de los fines sociales determinados pol铆ticamente y representa una parte de la realidad social y cultural cotidiana. Es decir, “la pr谩ctica docente abarca desde la situaci贸n inmediata en que act煤a el maestro frente a un grupo hasta la totalidad social”. (Rockwell, 1986; 78). As铆, la pr谩ctica docente es praxis de la pol铆tica educativa en este sentido. Sintetiza la pol铆tica educativa, el curr铆culum y la identidad del maestro/a. Constituye el n煤cleo fundamental del trabajo docente. 

Este trabajo docente es producto de la relaci贸n sujeto-instituci贸n (Aguilar, 1985), donde ambas instancias interfieren con el otro y se construye as铆 una pr谩ctica espec铆fica. En 茅sta intervienen tanto los elementos materiales como los ideol贸gicos de la instituci贸n y claro, todos los elementos subjetivos que son parte inherente del sujeto: su historia y la constituci贸n misma de su ser, su cosmogon铆a y manera de interpretar el conocimiento tanto pedag贸gico como el contenido mismo objeto de ense帽anza. En esta pr谩ctica intervienen tambi茅n las relaciones que se van gestando entre todos los agentes educativos (docentes, directivos, padres de familia y alumnado) y el medio (condiciones socioecon贸micas, pol铆ticas y culturales) en el que se encuentra la escuela y que van delimitando necesidades e intereses espec铆ficas de la misma.

 Alma Dea Cerd谩 (2001) fundamenta la pr谩ctica docente a partir de los enfoques de docencia y de pr谩ctica: a) rescata aspectos como el car谩cter procesual y cotidiano de la pr谩ctica y los factores que tienen influencia sobre este proceso; coloca el foco de atenci贸n en la interacci贸n y se帽ala dos factores decisivos de las formas que la pr谩ctica docente puede adquirir: las condiciones y el contexto; b) su delimitaci贸n respecto al “docente” est谩 en tratar de evitar una reducci贸n de la pr谩ctica a las tareas directamente de ense帽anza. Estas consideraciones hacen ver que la pr谩ctica docente, es de tal amplitud que se pierde el objeto si no situamos en 茅sta, al sujeto que realiza la pr谩ctica, y 茅ste es el profesor. Entonces, “todo lo que el profesor hace dentro del espacio y el tiempo escolar, por definici贸n, es pr谩ctica docente” (Cerd谩, 2001; 30), de tal manera, que es definida en funci贸n del sujeto. 

¿Por qu茅 diferenciar pr谩ctica docente de pr谩ctica pedag贸gica?

Si bien, hacemos referencia a la acci贸n del docente en la escuela, con las caracter铆sticas que se han ido mencionando, la acci贸n pedag贸gica de acuerdo con Bernstein (1998), implica un an谩lisis conceptual de las relaciones que se establecen a trav茅s de la estructuraci贸n de la comunicaci贸n pedag贸gica; esto es, no 煤nicamente a la acci贸n en lo individual de un sujeto en interacci贸n con los otros elementos que ocurren en la cotidianidad educativa, sino que se requiere un an谩lisis de las estructuras mismas en las que los sujetos interact煤an de tal manera que las relaciones pedag贸gicas constituyen ‘pr谩cticas pedag贸gicas’. Como lo explica Bernstein (1998), tomar en cuenta el ‘dispositivo pedag贸gico’ que se centra en las reglas y las condiciones de producci贸n, distribuci贸n, adquisici贸n y recontextualizaci贸n del conocimiento. 

El an谩lisis de “las pr谩cticas pedag贸gicas”, de esta manera, requiere el an谩lisis de la realidad social, entendida desde sus diferentes dimensiones. Al identificarlas de esta manera, no puede verse en un continuo lineal, sino como un continuo interdimensional. Las ‘interacciones’ se entienden como un concepto que hace las veces de mediaci贸n entre la representaci贸n y la acci贸n (Reguillo, 1998). La interacci贸n alude al movimiento y permite entender que la relaci贸n entre estructuras y sujeto no son determinantes ni eternas. En el centro de este enfoque est谩n las significaciones, es decir, el proceso de simbolizaci贸n o los procedimientos que dotan de sentido de realidad a los sujetos, intersubjetivamente.

 La pr谩ctica pedag贸gica como pr谩ctica social: relaci贸n micro – macro y sus mediaciones En la realidad social pueden identificarse diferentes dimensiones. Su complejidad remite a ver desde lo macro y a ver desde lo micro las formas m谩s sencillas y las m谩s complejas interacciones, por lo cual es conveniente hacerlo desde diferentes disciplinas. Se ha agotado la idea determinista de las cosas y hay un reconocimiento de la capacidad de los actores sociales para co-constituir la vida social (Giddens, 1986; Bourdieu, 1987; Turner, 1990).

 “El v铆nculo micro – macro tiene un componente epistemol贸gico evidente… que se refiere a c贸mo conocer la realidad y a c贸mo se transforma en objeto de conocimiento”. (Salles, 2001:134). Pero no hay a煤n una postura epistemol贸gica o metodol贸gica 煤nica que sea aceptada como la m谩s conveniente o acertada para la indagaci贸n en la realidad social en su compleja totalidad. Y esto es b谩sicamente por la transitividad de la realidad, y por no estar fragmentada en la cotidianidad. Analizar la realidad social implica tener presente a 茅sta como un todo en donde se mueven situaciones e individuos en el continuo del tiempo y el espacio. La complejidad de la realidad social impone una l贸gica para los recortes, dimensiones y niveles de an谩lisis, as铆 como ciertos criterios para la reconstrucci贸n de dicha realidad (Zemelman, 1989).

La relaci贸n entre lo microsocial (la pr谩ctica-la acci贸n del sujeto) y lo macrosocial (la estructura social) se plantean como una relaci贸n-interacci贸n integral en la que no hay una jerarqu铆a determinada. Para esta vinculaci贸n se ha intentado integrar perspectivas te贸ricas de los 谩mbitos acci贸n/interacci贸n y el 谩mbito estructura macro–instituciones. Pero las mediaciones no han sido construidas o identificadas con claridad. 

Se puede estructurar los conceptos de micro y macro por sus elementos sustantivos. Lo ‘micro social’ se identifica como los procesos mentales e individuales, las preferencias personales; las interacciones primarias “cara a cara”. Son proposiciones psicol贸gicas y subjetivas que son creadas en lo macro; son encuentros e intercambios temporal y espacialmente ubicados, procesos sociales que engendran relaciones entre los individuos. Lo ‘macro social’ es la organizaci贸n social a gran escala. Son los procesos de amplio alcance (instituciones) que son marcos habilitadores de la acci贸n (lo micro). Son repetidas experiencias de un gran n煤mero de personas en el tiempo y en el espacio, estructuras de diferentes posiciones dentro de la poblaci贸n y sus constre帽imientos en la interacci贸n. (Knorr C. 1981; Collins, 1981; Blau, 1987).

 Ahora bien, para la vinculaci贸n macro-micro, Knorr Cetina (1981) expone la hip贸tesis de la representaci贸n. Esta representaci贸n exige correspondencia entre sus dimensiones, es decir, sus estructuras, acciones y subjetividades plasmadas en la acci贸n consciente. La tesis de la autora sugiere que la realidad social est谩 compuesta de situaciones microsociales que al mismo tiempo toman en cuenta las macro construcciones end贸genas. Es decir, lo macro se piensa como residiendo dentro de estos micro episodios que resultan de las pr谩cticas estructuradas de los agentes. Las consecuencias son representaciones o construcciones altamente situadas que implican ciertos niveles de interpretaci贸n y selecci贸n. Las ‘representaciones resumen’ (como las llama) son rutinarias y activamente construidas en la vida cotidiana y est谩n investidas de fe y de intereses que est谩n luchando y manipulando entre s铆. 
Es este el punto clave que nos permite explicar las pr谩cticas pedag贸gicas como pr谩cticas sociales. Para ello, Boudieu nos facilita el concepto de h谩bitus como un posible elemento mediador. Bourdieu al desarrollar la teor铆a de la reproducci贸n y espec铆ficamente el concepto de h谩bitus para explicar la manera en que la educaci贸n y la escuela espec铆ficamente como instituci贸n objetiva y objetivada, coadyuvan con las estructuras sociales para reproducirlas, al estar constituidas tambi茅n de estructuras estructuradas y estructurantes en la acci贸n pedag贸gica. 

Esto significa que, las pr谩cticas pedag贸gicas entendidas como pr谩cticas sociales, son representaciones resumen que explican la contextualizaci贸n de las estructuras estructurantes estructuradas de la realidad educativa concretadas en las micro-situaciones de acci贸n pedag贸gica que implican las subjetividades mediatizadas por las mismas estructuras introyectadas e institucionalizadas (el habitus) por el sujeto.

La categor铆a de an谩lisis ‘pr谩ctica pedag贸gica’ 
El proceso de construcci贸n del objeto de investigaci贸n 

La teor铆a de la relaci贸n micro-macro permiti贸 identificar la realidad de las pr谩cticas pedag贸gicas como ‘objeto de conocimiento’. De esta manera la complejidad de las pr谩cticas pedag贸gicas espec铆ficamente se impuso para diseccionarlas en dimensiones y niveles de an谩lisis. Fue la postura de Karin Knorr Cetina (1991), la que mejor permiti贸 indagar y lograr la inmersi贸n en el objeto de estudio al lograr explicar con mayor claridad la vinculaci贸n entre lo micro y lo macro, en el acontecer de la cotidianidad de la docencia. Evidentemente, la inmersi贸n fue posible al entender las “pr谩cticas pedag贸gicas” como “pr谩cticas sociales”. Sin embargo, fue conveniente tambi茅n, para poder comprender el proceso constructivo de las pr谩cticas pedag贸gicas con este sustento epist茅mico, el identificar ‘las mediaciones’ entre lo micro y lo macro, por lo que el apoyo te贸rico en este punto de la discusi贸n conceptual, se tom贸 de Zemelman.

Como parte de la construcci贸n del objeto de investigaci贸n, fue necesario y conveniente una inmersi贸n te贸rica para definir las aproximaciones conceptuales. De esta manera, aunque “la elecci贸n del objeto de investigaci贸n depende de circunstancias y motivaciones, (…) la elecci贸n del objeto de estudio y el proceso de descubrimiento no son un proceso racional (Weiss, 2008; 27). En consecuencia, las pr谩cticas pedag贸gicas como objeto de estudio, fue tomando forma. 

As铆, la pr谩ctica pedag贸gica al ser un objeto de estudio concreto permiti贸 el an谩lisis de las dimensiones micro-meso-macro; sin embargo, no se puede decir que la construcci贸n del objeto de estudio, haya resultado de una consideraci贸n previamente definida; por el contrario, el recorrido epist茅mico fue ca贸tico hasta llegar a dilucidar que se estaba hablando de “pr谩cticas sociales”. Es entonces cuando se aclara el camino al terminar de dar forma al ‘objeto de investigaci贸n’, con ello se facilita de definici贸n de las t茅cnicas, estrategias e instrumentos para la recolecci贸n de la informaci贸n. 


302-J.T


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